<img src="https://queue.simpleanalyticscdn.com/noscript.gif?collect-dnt=true" alt="" referrerpolicy="-when-downgrade"> Detectando «libros de la muerte» con arsénico
NeoTeo
Lisandro Pardo

El problema no es su contenido…

Detectando «libros de la muerte» con arsénico

Detectando «libros de la muerte» con arsénico

La historia está repleta de libros asociados con prácticas malignas, la muerte y lo supernatural. Sin embargo, cuando hablamos sobre «libros mortales», lo más probable es que sea en referencia a su perfil químico. El viejo pigmento Verde París o Verde Esmeralda utiliza una combinación muy tóxica de cobre y arsénico. En los últimos días, la Universidad de St. Andrews en Escocia compartió el desarrollo de una nueva herramienta que puede detectar estos pigmentos en las tapas de los libros rápidamente, ahorrando tiempo y dinero.

Un tiempo atrás hablé sobre «Sombras desde los Muros de la Muerte», un libro que carga con el potencial de matar a su lector. Las hojas contienen simples muestras de empapelado, pero el objetivo de su creador, el doctor Robert M. Kedzie, no era otro más que advertir a la población sobre los efectos del arsénico, utilizado en pigmentos como el Verde de Scheele o el Verde París.

De más está decirlo, «Sombras desde los Muros de la Muerte» no es el único libro venenoso allá afuera. Muchas bibliotecas alrededor del globo retiraron sus libros verdes como precaución: Por ejemplo, la Universidad de Bielefeld y otras instituciones alemanas aislaron unos 60 mil libros el año pasado, bajo la sospecha de contener arsénico. Afortunadamente, una nueva herramienta de la Universidad de St. Andrews puede acelerar el proceso de detección, y liberar más rápido los textos sin contaminación.

Detección de arsénico en libros antiguos

Detectando «libros de la muerte» con arsénico
El prototipo en acción (Universidad de St. Andrews)

La doctora Pilar Gil, líder del proyecto, explica que el punto de partida fue un espectrómetro, utilizado en la detección de minerales. Existe cierta similitud entre los minerales y los pigmentos, por lo tanto, decidió utilizarlo para localizar «Verde Esmeralda» en cientos de libros. La clave (o «momento Eureka», como ella lo llama) fue un patrón específico que se repitió en todos los libros tóxicos, una «reflectancia única» que nadie había reconocido antes.

El siguiente paso fue entrar en o con el Departamento de Física para construir un prototipo. El doctor Graham Bruce indica que su dispositivo «dispara» diferentes colores de luz sobre la superficie, y mide la luz reflejada. Si el libro está libre de arsénico, una luz verde externa parpadea, de lo contrario, la luz roja se enciende. El dispositivo es mucho más económico que un espectrómetro completo, su análisis es instantáneo, y no existe riesgo de daño para los libros. St. Andrews y la Biblioteca Nacional de Escocia ya lo usaron en miles de libros, y esperan poder compartir su diseño pronto.

Fuentes: St. Andrews, BBC, The Guardian

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